Boca Juniors cayó 1-0 ante Independiente y quedó eliminado del Torneo Apertura, desatando una noche de fuerte reprobación en La Bombonera. La hinchada, que se había unido en un clima copero y de apoyo incondicional, terminó manifestando su descontento tanto con los jugadores como con la dirigencia encabezada por Juan Román Riquelme.

El estadio Alberto J. Armando tuvo un marco imponente desde temprano, con un recibimiento cargado de cánticos provocadores hacia el equipo visitante. “El que no salta, se fue a la B” y “Los grandes no descienden” fueron algunos de los gritos que bajaron desde las tribunas, mientras los jugadores de Independiente se mantenían enfocados en su preparación.
Al momento de la presentación del once inicial de Boca, los aplausos fueron moderados, con apenas tres futbolistas recibiendo una ovación destacada: Milton Delgado, Milton Giménez y Miguel Merentiel, quien portó la cinta de capitán ante las ausencias de Cavani y Rojo. En cambio, Tomás Belmonte fue uno de los más silbados, reflejando la disconformidad de la gente con su rendimiento.
Pese al show visual con fuegos artificiales y humo azul y oro, y el llamado a la unidad desde las redes oficiales del club bajo la consigna “Para ser campeón, hoy hay que ganar”, el equipo volvió a mostrar una imagen deslucida. La derrota frente al Rojo, sumada al pobre desempeño ante Lanús en el cruce anterior, terminó por agotar la paciencia de los hinchas, que también apuntaron contra la comisión directiva.
El resultado no solo dejó a Boca fuera de la pelea, sino que profundizó la crisis futbolística y dirigencial. La Bombonera, fiel a su historia, no se quedó callada.