
Un comerciante de la ciudad de Paraná vivió una situación violenta este jueves, cuando tuvo que enfrentarse físicamente con un hombre que ingresó dos veces a su local con intenciones de robo. El delincuente, que debía cumplir arresto domiciliario y portaba una tobillera electrónica, fue reducido con la ayuda de vecinos y agentes policiales.
El episodio ocurrió en un negocio ubicado sobre calle Enrique Carbó. El primer intento de hurto fue alrededor de las 13:00, cuando el sujeto tomó una botella de fernet. Horas más tarde, cerca de las 20:30, regresó al lugar y sustrajo otra botella del mismo sector, lo que provocó la reacción del propietario del comercio, Gonzalo Zacarías.
Zacarías relató que al notar el segundo robo, comenzó a gritar para pedir auxilio y se trabó en un forcejeo con el ladrón. “Fue un momento muy tenso, actué por impulso y tenía miedo de que estuviera armado”, expresó.
Gracias a la rápida colaboración de los vecinos y de un agente que se encontraba prestando servicio en el ingreso del hospital San Martín, lograron detener al hombre hasta que llegó una patrulla. Posteriormente, la Policía lo identificó y confirmó que se trataba de un individuo de 35 años, que tenía la obligación de permanecer en su casa bajo arresto domiciliario en calle Pascual Palma.
Sin embargo, no solo estaba fuera de su vivienda, sino que además portaba un envase de shampoo que presuntamente habría robado de otro comercio. El detenido, según testigos, se encontraba alterado y pidió que no dieran aviso a las autoridades. “No estaba en sus cabales. Si me hubiera pedido comida, tal vez lo ayudaba. Pero quería llevarse una botella de fernet sin pagar”, agregó el comerciante.
Zacarías también manifestó su preocupación por el deficiente control sobre personas con prisión domiciliaria: “No es la primera vez que sucede algo así. En ese mismo lugar ya hubo otros casos similares. Estas cosas hacen que uno esté más alerta”.
Finalmente, el comerciante valoró el rápido accionar policial y expresó su inquietud por la situación de inseguridad: “Andaba por la calle como si nada, cuando debería estar cumpliendo una condena. Eso genera impotencia y preocupación”.