De acuerdo con los primeros relevamientos privados del mes, la inflación de junio mostró una leve aceleración y se ubicó en torno al 2% mensual. El aumento se explicó principalmente por subas en precios regulados —como combustibles y servicios públicos—, estacionales como frutas y verduras, y por la ausencia del efecto contención que había generado el Hot Sale en mayo.

Si bien el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) había informado una inflación del 1,5% para mayo —la más baja en cinco años fuera del contexto de la pandemia—, los primeros datos de junio sugieren un leve repunte. Las consultoras proyectan que en julio los registros se mantendrían en niveles similares, sin un salto abrupto.
El informe de la consultora C&T para el Gran Buenos Aires marcó un alza mensual del 2%, por encima del 1,8% de mayo y del dato oficial del Indec. Destacaron que la variación interanual se redujo a 38,7%, el nivel más bajo desde comienzos de 2021. Dentro del rubro alimentos y bebidas, se observaron incrementos en panificados, lácteos y bebidas, tras una suba mínima del 0,3% en mayo. A esto se sumaron ajustes en gas y electricidad que impactaron en el sector vivienda, así como aumentos en el transporte público.
En tanto, los combustibles —que en mayo habían mostrado una baja— registraron un incremento moderado, influyendo también en el rubro transporte. En bienes y servicios varios, la suba de precios estuvo impulsada por aumentos en cigarrillos y productos de higiene personal. El rubro salud tuvo ajustes leves tanto en medicamentos como en prepagas. En el segmento de equipamiento del hogar se mantuvo la estabilidad, con pocos movimientos en electrodomésticos y sin variaciones en el servicio doméstico. Educación, esparcimiento e indumentaria, por su parte, mostraron subas menores, con una contracción de precios en ropa debido a las liquidaciones.
La consultora LCG indicó una inflación del 2,1% mensual en alimentos y bebidas, con una suba de 0,1% en la última semana de junio. Destacaron que un 70% de la canasta relevada mantuvo precios estables y que hubo baja dispersión en las variaciones semanales.
Por su parte, Equilibra estimó que la cuarta semana del mes cerró con un alza del 0,2% semanal, lo que deja una proyección mensual también cercana al 2,1%. Según su análisis, los precios regulados impulsaron la suba general, especialmente por el aumento de la nafta, con excepción de YPF. También señalaron que la inflación núcleo fue del 0,2% semanal y los precios estacionales bajaron un 0,2%, aunque la suba de regulados terminó empujando el índice general.
El economista Aldo Abram, de la Fundación Libertad y Progreso, explicó que la inflación de junio fue más alta que la de mayo debido a factores específicos. Según detalló, en abril muchas empresas ajustaron precios ante la expectativa de una devaluación que finalmente no ocurrió, y eso produjo una baja transitoria en mayo. “Ahora volvemos a una inflación más alineada con la evolución del dólar y del peso”, afirmó.
En ese sentido, diversos analistas coinciden en que desapareció el efecto puntual que contuvo los precios en mayo, y que las actualizaciones tarifarias de junio, junto con otros precios regulados, explican buena parte del rebote inflacionario.
Claudio Caprarulo, de la consultora Analytica, proyectó un aumento del 1,7% en el nivel general de precios y sostuvo que los regulados impulsaron el alza, mientras que los estacionales no ayudaron tanto como en el mes previo.
Pese a esta aceleración, el consenso del mercado es que el proceso desinflacionario podría continuar en el segundo semestre, siempre y cuando se mantenga el control sobre tarifas y el equilibrio fiscal. Aun así, el peso de los precios regulados y algunos alimentos podría sostener una inflación mensual en torno al 2% durante julio.