A partir del 3 de julio, cualquier ciudadano podrá importar un vehículo 0 km sin necesidad de intermediarios. La medida, oficializada a través de la Resolución 271 publicada en el Boletín Oficial, permite a personas físicas traer autos nuevos directamente desde el exterior, sin la intervención de concesionarias, operadores de comercio exterior ni fabricantes.

La iniciativa fue impulsada por el equipo económico que encabeza el ministro Luis Caputo y tiene como objetivo fomentar la competencia, ampliar la oferta y reducir los precios en el mercado interno de vehículos.
La nueva normativa alcanza a automóviles, acoplados y semirremolques nuevos. Para facilitar el proceso de patentamiento, se establecen dos alternativas:
- Si el vehículo ya cuenta con una Licencia de Configuración de Modelo (LCM) —documento que acredita el cumplimiento de requisitos de seguridad para circular—, podrá patentarse utilizando esa licencia, ya sea emitida por el fabricante o por un importador.
- Si no cuenta con LCM, el ciudadano podrá presentar un certificado de seguridad vial ante la Secretaría de Transporte. Este documento, similar a una verificación técnica vehicular (VTV), permitirá igualmente el patentamiento.
Además, se aceptarán certificados de seguridad emitidos por organismos internacionales reconocidos, como los de la ONU, la Unión Europea, Estados Unidos o Brasil.

Hasta el momento, la importación de autos por parte de personas físicas estaba limitada a casos muy específicos, como diplomáticos o personas con discapacidad. Con la nueva normativa, cualquier ciudadano que cumpla los requisitos podrá importar un vehículo nuevo por año, incluso si el modelo no está disponible en el mercado argentino.
Sin embargo, para evitar la creación de un negocio informal o especulativo, se estableció que el auto importado no podrá ser transferido por un plazo de dos años desde su ingreso al país.
Desde el Ministerio de Desregulación señalaron que este cambio busca «optimizar la comercialización de vehículos, aumentar la competitividad del sector automotor y ampliar la libertad de elección del consumidor, sin comprometer los estándares de seguridad exigidos».