La relación entre el oficialismo y sus aliados en el Congreso comienza a mostrar señales de desgaste. La falta de respuestas concretas a los reclamos de las provincias y las tensiones internas en el armado electoral empiezan a tener impacto en Diputados y en el Senado, generando inquietud entre los libertarios.

Hasta ahora, el Gobierno nacional había logrado sortear su condición minoritaria en ambas cámaras gracias al respaldo de bloques aliados y al acompañamiento de varios mandatarios provinciales, ya sea mediante votos positivos o ausencias que facilitaron el quórum. Sin embargo, esta semana ese equilibrio empezó a resquebrajarse.
El miércoles, la oposición —tanto la más dura como la dialoguista— consiguió aprobar dos mociones para tratar en comisión el aumento del financiamiento universitario y la declaración de emergencia pediátrica por la situación del Hospital Garrahan. Aunque se trata de iniciativas incómodas para la Casa Rosada, lo más llamativo fue la actitud de los gobernadores, que permitieron la presencia de diputados clave para habilitar la sesión. Estuvieron en el recinto legisladores que responden directamente a Martín Llaryora (Córdoba), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Gustavo Sáenz (Salta), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Carlos Rovira (Misiones).
“Lo que pasó no fue una sorpresa, se va a repetir y va a seguir empeorando a medida que nos acerquemos a las elecciones”, advirtió un diputado libertario. En ese sentido, desde el bloque oficialista reconocen que deberán actuar con mayor coordinación para evitar derrotas legislativas en plena campaña.
Las tensiones continuaron al día siguiente en el Senado, donde senadores de diversos espacios firmaron dos proyectos impulsados por gobernadores tras su último encuentro en el Consejo Federal de Inversiones. Uno establece la transferencia automática de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a las provincias, y el otro modifica la asignación del impuesto a los combustibles para redistribuir fondos hacia los distritos.
Ambas iniciativas fueron promovidas por legisladores de distintas fuerzas políticas, entre ellos José Mayans (Formosa), Eduardo Vischi (Corrientes), Alfredo De Ángeli (Entre Ríos) y Carlos “Camau” Espínola (Corrientes). Ya se baraja la posibilidad de una sesión especial la semana próxima para tratarlos, y aunque aún no cuentan con dictamen de comisión, podrían ser aprobados sobre tablas con una mayoría especial.
El creciente malestar de los gobernadores tiene fundamentos claros: la caída de la recaudación, la paralización de obras públicas y el reparto discrecional de los ATN. El martes, representantes provinciales fueron recibidos en el Ministerio de Economía con la promesa de una contraoferta, pero se retiraron sin respuestas. Cerca de los mandatarios afirmaron que, a diferencia de ocasiones anteriores, “nadie llamó desde el Gobierno” para frenar la sesión. Aun así, consideran que el descontento es evidente. “Los gobernadores van probando, pero van a terminar acompañando a Milei”, opinó un legislador cercano a Karina Milei.

Desde otros sectores oficialistas minimizaron el impacto del distanciamiento con los gobernadores. “La economía está muy sólida”, aseguró una diputada, aunque cuestionó la estrategia de presentar candidatos “puros” en todos los distritos. “Necesitamos sumar fuerza legislativa para bajar el Riesgo País y atraer inversiones. No podemos cometer errores por mezquindades. Por ejemplo, a los radicales ‘con peluca’ los tenemos que incorporar”, sostuvo, en alusión al desempeño de sectores que se escindieron de la UCR para respaldar al oficialismo.
En la última sesión, algunos de esos legisladores acompañaron a la oposición. Es el caso de Martín Arjol, quien, tras no ser incluido en la lista de La Libertad Avanza en Misiones, compitió con el sello del Partido Libertario y obtuvo el 8,3% de los votos. En Tucumán, Mariano Campero enfrenta un escenario similar y también expresó la necesidad de un gesto del Gobierno hacia los docentes universitarios.
Otra fuente de preocupación para el oficialismo son los proyectos que buscan mejorar las jubilaciones y reinstaurar la moratoria previsional, que ya fueron aprobados en Diputados y podrían obtener sanción definitiva en el Senado. Aunque el presidente Milei confirmó que vetará cualquier norma que afecte el equilibrio fiscal, algunos diputados reconocen que será difícil sostener esos vetos si cuentan con amplio respaldo legislativo. En ese contexto, los gobernadores volverán a ser determinantes.
Desde el Ejecutivo ya dejaron trascender la intención de convocar a los mandatarios provinciales para recomponer vínculos. Mientras tanto, en el bloque oficialista de Diputados asumen que no es momento de abrir el recinto y que lo más prudente es “aguantar” hasta que cambien las condiciones. “Ahora estamos atajando penales”, resumió con ironía un legislador libertario.