La escudería Red Bull sorprendió al mundo del automovilismo al anunciar el despido de Christian Horner, quien dirigió al equipo durante más de 20 años. A través de un breve comunicado en sus redes sociales, la organización agradeció su “dedicación y trabajo excepcional”, pero no ofreció razones sobre su desvinculación. Horner deja un legado de 14 títulos: ocho Campeonatos de Pilotos y seis de Constructores. Su reemplazante será Laurent Mekies.
La falta de explicaciones alimentó las especulaciones en el entorno de la Fórmula 1, especialmente en medio de rumores sobre la posible salida de Max Verstappen, actual figura del equipo. El silencio oficial generó desconcierto tanto dentro como fuera del paddock.
El ex piloto y actual analista de Sky Sports, Martin Brundle, contó que habló con Horner tras el anuncio, y que este le confirmó que no recibió ninguna justificación para su despido. Brundle manifestó su tristeza por la salida de quien considera un amigo, y subrayó la labor sobresaliente que llevó a cabo durante dos décadas.
Aunque la noticia resultó sorpresiva, dentro del equipo ya se venían escuchando rumores de tensiones internas, especialmente con el entorno de Verstappen. Algunas versiones incluso señalan que la continuidad del piloto neerlandés estaría condicionada a la salida de Horner, con una posible llegada a Mercedes como alternativa.
Red Bull no atraviesa su mejor momento deportivo: tras un 2023 dominante, en la temporada actual ha perdido terreno frente a McLaren, y las expectativas en torno al nuevo motor para 2026 no son alentadoras. A esto se suma la partida de figuras clave como Adrian Newey y Jonathan Wheatley, lo que ha debilitado al equipo.
Horner fue una pieza fundamental en la transformación de Red Bull, desde sus días como Stewart y Jaguar, hasta convertirse en una escudería dominante de la F1. Su salida pone fin a una etapa histórica dentro del deporte.
